FIESTAS PATRONALES
El 14 de agosto comienzan las Fiestas patronales en honor de San Roque y la Virgen de la Asunción. Son ocho días de festejos religiosos y profanos, donde destacan los espectáculos de vaquillas corriendo por calles y plaza. Las fiestas de Murchante sobresalen por su gran animación y alegría, pues concurren a ellas gran número de forasteros. Otro espectáculo que va adquiriendo cada vez más popularidad es “El Paloteado”, tradición surgida a comienzos del siglo XX y que tras desaparecer, ha sido rescatada recientemente. Tiene lugar el 15 de Agosto en la Plaza de los Fueros. Los versos, donaires y cuchufletas del Mayoral, Rapatán y el Diablo divierten sobremanera al público. Todo se sazona con el tradicional “dance”, mezcla de baile, paloteado y el vistoso “encintado” donde las parejas de danzantes exhiben sus destrezas.

EL SANTO CRISTO
Es la fiesta más importante después de las patronales. Se celebra el segundo fin de semana de Noviembre con misa solemne y procesión que recorre las calles del pueblo con la imagen del Santo Cristo de la Cruz a Cuestas. Es una hermosa talla barroca de principios del siglo XVII, obra de Juan de Biniés y Pedro Martínez, a la que los murchantinos profesan gran devoción. Los actos comienzan con la novena donde se cantan los gozos al Santo Cristo impetrando agua para los campos. Por eso a la imagen se le llama también: El Cristo de la Buena Siembra. En la noche del sábado se enciende una gran hoguera en la plaza donde se baila animadamente. Además el ayuntamiento reparte pan para hacer tostadas al fuego, regadas con abundante vino de Murchante.

LA VIRGEN DE NUESTRAS MANOS
Es otra de las fiestas más importantes en Murchante y tiene lugar el lunes de Pascua de Resurrección. La ermita de la Virgen de Nuestras Manos, de la que sólo quedan hoy ruinas, se hallaba en los Montes de Cierzo y, durante siglos, fue el lugar al que Murchante se acercaba en nutrida romería. La tradición se perdió en tiempos de la Segunda República hasta que recientemente la Asociación Historia y Cultura de Murchante, con el apoyo de varios colectivos, la recuperó. Era típico después de la ceremonia religiosa, comer en el lugar y jugar a las tabas. Al atardecer, las cuadrillas de mozos y mozas regresaban a Murchante, montadas en carros y caballerías que enjaezaban con ramas y flores del campo.

SAN GREGORIO
La tradición de bendecir los campos el 9 de mayo, día de san Gregorio, tan popular durante siglos, se mantiene activa en Murchante, aunque por razones prácticas se ha trasladado al domingo más próximo. En el monte llamado de San Gregorio, donde antaño se alzaba un pilar con la imagen del santo, se levanta hoy una ermita. Allí acuden los fieles a la fiesta religiosa que acaba con las famosas “joyas” (carreras populares) y comidas campestres.

ROMERÍA A URZANTE
Cada 12 de octubre, fiesta de la Virgen del Pilar, los murchantinos se desplazan al despoblado de Urzante del que sólo subsiste la iglesia y un torreón defensivo. Allí, asisten a la misa al aire libre celebrada por el párroco de Murchante con procesión por el altozano que la circunda. Al acabar la ceremonia se reparten pastas y vino dulce entre el numeroso público asistente, pues muchas cuadrillas siguen la tradición de quedarse a comer en los alrededores. Esta romería puede que comenzase a finales del siglo XIX tras el abandono del pueblo por las últimas familias que lo habitaban, algunas de las cuales buscaron acomodo en Cascante y Murchante.

ROMERÍA A PEDRIZ
La romería al despoblado de Pedriz de la que hay constancia documental desde el siglo XVIII, se ha revitalizado últimamente de la mano de la Asociación Historia y Cultura de Murchante. Se celebra el día de San Juan (24 de junio). En las ruinas de la antigua iglesia parroquial se reza por los muertos y, posteriormente, los romeros almuerzan entre jotas y música del grupo de gaiteros.

EL MAYO
Se conoce con el nombre de “mayo” a un árbol –generalmente chopo- que se coloca en la plaza de Los Fueros durante el mes de mayo. Es una costumbre muy antigua, basada posiblemente en tradiciones romanas dedicadas a Flora, diosa de la primavera. Murchante fue de los últimos pueblos de la zona que la conservaron y, tras desaparecer durante decenios, ha sido recuperada recientemente por la Cofradía de la Tostada de Ajo. Consiste en plantar un esbelto chopo, despojado de ramas y corteza, en el centro de la Plaza de los Fueros. En su copa se coloca algo valioso que los mozos más decididos se arriesgan a rescatar. En tiempos pasados se colocaba el chopo para la fiesta del Corpus Cristi y permanecía durante ocho días, pasados los cuales se derribaba a tirones de cuerdas, entre gritos y aplausos del pueblo que allí se congregaba.

Información elaborada por Esteban Orta Rubio, Presidente de la Asociación de Historia y Cultura de Murchante.